A Julian le ha tocado la lotería y decide celebrarlo invitando a todo aquel que se ponga por delante en un bar de la zona. Allí se pone ciego a alcohol y acaba ligando con una rubia que encuentra impresionante. Lo que no sabe es que alguien le ha echado una droga en la bebida, y en un momento de la noche no termina de ver claras las cosas…
—¡Joder, nena, cómo la chupas! ¡No pares, por favor! —gime Julian, ya en su dormitorio. Al día siguiente no recordará ni cuándo se trajo a casa a su amiguita.
—¿Te gusta, eh? Pues déjame, que quiero que me folles bien antes de correrte. ¿Te gusta así?
Ella cabalga sobre él dándole la espalda. Su melena cae deliciosamente por su espalda, y él se sonríe con los ojos entreabiertos, pensando que se ha ligado a una de las rubias más cachondas de su vida.
—Sí, nena, fóllame así, fóllame bien.
Él nota que los movimientos de su ligue son algo bruscos, pero eso le pasa por ligar con borrachas. En realidad puede darse con un canto en los dientes, es difícil que pueda convencer a otra mujer así para que se acueste con él.
—¡Qué bien follas, tío!
Él se siente halagado, aunque tiene la cabeza embotada y no sabe muy bien cómo se está moviendo. Al final acaba teniendo sexo anal con ella cuando se equivoca de agujero, pero a ella no parece importarle.
—Así, por el culo, así también me gusta, hmmmmm…
—¿Te gusta, eh? Pues espera, ponte a cuatro patas.
Aquí Julian se emociona, pero la sensación de follarle el culo a esa rubia es tan… “amplia” que las sensaciones no son muy intensas, aunque está a punto de correrse y prefiere salir, y ver la corrida en la boca de la rubia, que le espera con cara de gatita en celo.
El orgasmo es tan fuerte y el chorro tan potente que casi despeina a la muchacha. Al poco, Julian se siente mareado y sin fuerzas, y se derrumba en la cama.
Al despertar y pasarse el efecto de las drogas, le espera una desagradable sorpresa, porque su rubia monumental es en realidad una abuela obesa con el pelo tintado de rosa, que le enseña obscenamente sus carnes y le provoca para que le folle el culo otra vez.
Julian grita horrorizado…
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