Uno, los micrófonos. Dos, los micrófonos. Se come: el micrófono
Como en aquella famosa canción, a Eva Nort parecen gustarle los micrófonos. Sobretodo el de Jorge Fernández. El coleccionista de amantes se marca un polvo de máximo nivel (anal incluído) con Eva. Teniendo dos micrófonos se pueden hacer virguerías.