Confieso que a mí las bodas me parecen un somero aburrimiento. Pero bien es cierto que depende de cómo esté pensado el evento. Si ya desde el principio tienes claro que la despedida de soltera va a ser como la de esos videos de supuesto porno amateur en las que un grupo de solteronas se amorran a la barra del stripper (qué mal acostumbrados nos tienen los de Dancing Bear), pues la cosa apunta más divertida ya de entrada.

Solteras cachondas a la caza del stripper

Desmadre en la despedida

Conocedores del morbo que dan estas situaciones, algunas productoras porno se han recreado largo y tendido en lo que nunca pasa -pero nos gustaría que pasara- cuando una amiga nos organiza la despedida de soltera. Veamos un ejemplo:

Y si luego de ponerte hasta el culo de comer y de alcohol, decides inmortalizar tu noche de bodas, enchufando la cámara y grabándote en un video casero, con el traje de novia todavía puesto, pues he de reconocer que mi opinión de las bodas admite una reconsideración:

Video amateur como recuerdo de la noche de bodas

PD: disculpad la calidad del video, pero el morbo de la pareja –y las mega tetas de la novia– bien merecían un hueco en el artículo.

Otro punto que llama la atención de las bodas es el que une en sacro sacramento a parejas liberales. Es cierto que en un papel consta que son marido y mujer, pero solo a efectos legales. A efectos prácticos y en los affaires de cama, el enlace matrimonial carece de validez. Y si no que se lo digan al marido de esta mujer a la que se follan tres tipos en una estupenda orgía interracial. Es lo que yo llamo una noche de bodas muy poco íntima.

Orgía casera e interracial con tu nueva esposa

Luego están los que aún no se han casado, pero ya entrenan para el día de su boda. Por ejemplo, esta pareja que une el fetiche del vestido de novia y añade su componente perverso jugando a la dominación o al forcejeo:

Una pareja amateur jugando a “la novia forzada”

En fin visto, lo visto, se puede concluir que las bodas no son tan horriles como pensaba. Ahora bien, nunca me veréis en un altar… A no ser, claro, que la novia sea una tal Jayden James. Entonces, sí me caso.

Jayden James, la novia a la que todos se quieren follar (empezando por el cura)

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