Soy un fotógrafo profesional, aunque por motivos ajenos a mí tuve que empezar a trabajar de reportero de una revista del corazón, en definitiva, era un paparazzi de los pies a la cabeza. Estaba ahorrando para comprarme un coche, y todo y tener vacaciones -era el mes de julio- me dispuse a trabajar en solitario en busca de algunas fotos que me pagasen el auto.

Así que puse rumbo a Mallorca, donde viven mis tíos, ya que allí en verano hay mucho famoso con ganas de juerga. Hacía un calor insoportable, casi 40º y después de una semana sin fortuna, decidí probar suerte y me fui a la mansión de una famosa modelo alemana, se llamaba Claudia Sweppes o algo así.

Tenía una mansión súper-protegida, era inalcanzable desde cualquier sitio, pero entonces vi la solución, había unos arboles que estaban justo encima de una gran reja, así que me dirigí a ellos para avistar lo que fuera, subí y cuando estuve arriba casi me caigo de la impresión, se veía perfectamente la piscina de la casa, es más, estaba a solo unos 10 metros, y allí estaba ella, en ¡top-less!…

Menudo par de peras que tenía, era estupendos. Dos grandes masas de carne, firmemente dispuestas, redondas, con unos pequeños pezones que apuntaban al cielo. Estaba tomando el sol tan tranquilamente, así que me dispuse a disparar; gasté dos rollos y mientras ponía el 3º ella se levantó y abrió una bolsa que tenía, y sacó una cosa: ¡era un vibrador! Sacó un vibrador de al menos 30 cm. Se sentó en la hamaca y sin quitarse el pequeño tanga que llevaba empezó a separarlo y a introducirse después de unos buenos lengüetazos al vibrador. Yo estaba alucinado, no paraba de hacer fotos, además tenía una erección enorme, me dolía en cantidad, así que cuando acabé el 5º carrete, no pude más y comencé a masturbarme, era increíble!

La tía más buena del mundo y tenía que recurrir al vibrador, cuando podría tener a todas las pollas que quisiera. Me la estaba cascando cuando de pronto, se rompió la rama donde estaba y me caí justo al lado de la piscina, no me dolió mucho, era hierba.

Cuando caí ella se dio un susto de muerte, empezó a gritarme en alemán (no entendía un pijo), con sus supertetas bamboleándose que daba gusto y yo allí en el suelo con el rabo más tieso que nunca, le dije en inglés que le había hecho fotos y que si avisaba a la poli igualmente saldrían a la luz pública, ella me suplicó que no las publicara, que sería la ruina de su carrera profesional (estaba empezando a hacer películas).

Entonces comprendí que tenía la sartén por el mango, y que podía realizar uno de mis sueños, follarme a una de esas tías que solo se ven en los calendarios, así que le dije que solo una cosa podía hacer para que le diera los carretes y le señalé mi nabo. Ella lo entendió muy de prisa, supongo que la interrumpí y pensé que también estaba bastante excitada, después de todo yo tampoco estaba mal (20 años, 1,80, cuerpo atlético y una verga de 20 cm.).

Se acercó lentamente y no podía separar la vista de esos pechos, eran perfectos, grandes, firmes, redondos, además se movían como un flan, lo que delataba que eran naturales, nada de plásticos. Mientras caminaba iban riéndose maliciosamente, sabía de sus encantos y los estaba utilizando a la perfección, empezó a sacarse la parte de abajo del bikini, y ante mí apareció un chochito perfectamente rasurado, dejando solamente un pequeño triángulo con unos cuantos vellos rubios, parecía delicioso.

Me levanté y me acerqué a ella, la cogí y nos fundimos en un gran beso, nuestras leguas navegaban en un mar de saliva, mientras mis manos se posaban en su culo, sus pechos me habían hecho pasar por alto, su culo, era pequeñito, firme y de esos que se salen para fuera, no podía parar de manosearlo, mientras

ella con su mano tenía cogida mi verga y me estaba masturbando muy lentamente.

Deslicé mi lengua por su mejilla bajando hasta su cuello para llegar posteriormente a sus pechos, era deliciosos, empecé a comerle los pezones despacio, eran pequeñitos como a mí me gustan y estaban muy duros, los mordía, los pellizcaba, mientras con la mano ya había introducido un dedo en su concha, la cual estaba muy mojada después de lo del vibrador, estaba muy excitada, emitía ligeros sonidos exclamatorios, intentaba disimular un poco que estaba disfrutando (supongo que por orgullo).

Estuve mamando de esos pechos durante casi diez minutos y lo hubiera estado mucho más si no fuera por que ella me cogió del pelo y me separó, me besó y empezó a descender hacia mi pecho, mi barriga… hasta mi verga, la cogió con firmeza y empezó a recorrerla con su lengua, se iba parando en el frenillo, lo que me estaba dejando sin aliento, verdaderamente era una gran experta, seguro que había mamado muchas.

De repente la engulló de golpe y empezó a subir y bajar la cabeza, cuando la tenía dentro de su boca iba jugando con mi glande con su lengua, estaba en el séptimo cielo, miré hacia abajo y vi arrodillada a uno de los seres vivos más impresionantes de este mundo con mi polla en su boca, haciéndome una mamada!

Veía un poco de sus grandes pechos como se movían y su espléndido culo en forma de pompa; vi que si eso duraba más me correría, así que le separé la cabeza de mi aparato, la tumbé en el suelo y me dispuse comerle ese chochito rubio que emanaba un olor irresistible, le separé los labios vaginales y empecé a jugar con mi lengua sobre su hinchado clítoris, ella gritaba de placer, ya no intentaba disimular nada, estaba totalmente entregada.

Mientras la penetraba con mi lengua tuvo su primer orgasmo, lo que me llenó de flujos, me incorporé y se la metí de golpe, ya no aguantaba más, cuando se la metí gritó, supongo que no le gustó mucho que se la metiera sin avisar, pero pronto se olvidó y empezó a disfrutar. El mete-saca era intenso, ella me cogía fuertemente de mis glúteos apretando con fuerza, y la quería más y más adentro, cansado de bombear yo todo el rato, me tumbé y hice que se montara encima de mí, empezó lentamente pero aceleró rápidamente, tuve que frenarla para que no se acabara tan pronto, mientras tenía delante de mi cara ese hermoso par de pechos, que estrujé con mis manos y me llevé sus pequeños pezones a mi boca, ella acercaba mi cabeza hacia ellos, se movía con movimientos fuertes lo que hacía que cada penetración le hiciera llevar al borde del orgasmo, así estuvimos un rato hasta irremediablemente me vine dentro de su concha.

Me tumbé a descansar mientras ella fue a recoger todos mis aparatos de fotografía, y se puso a cuatro patas lo que me ofreció un espléndida vista de su trasero, así que se me tensó de golpe y deseé como nunca penetrar ese culito tan hermoso; sin que se diera cuenta me acerqué y se la endiñé por sorpresa, no me entraba bien, ella gritaba, decir que no se la había metido nunca, a lo cual yo no le hice caso y después de intentarlo un par de veces más la penetré hasta el fondo.

La verdad es que estaba muy estrecho, quizás era verdad que era virgen analmente, pero me dio igual, sus gritos fueron volviéndose en gemidos paulatinamente y más cuando le introduje un par de dedos en su concha, era un culo increíble y me vine, la saqué y entonces ella me la limpió con su lengua y boca. Me dijo que había sido la experiencia más alucinante de su vida y que si quería podía volver otro día. Yo no le dije que no y estuvimos follando todos los días varias veces durante las dos semanas que estuvo allí.

Finalmente no me pude comprar el coche, tuve que seguir con mis cuatro latas de quinta mano, pero seguro que no olvidaré esas dos semanas de lujuria.

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