Era un sábado, como muchos otros, habíamos quedado para ir a beber a casa de Antonio y ya desde allí tirar para alguna discoteca. Fuimos los de casi siempre. De chicas fueron: Candela, mi novia en aquel entonces, una chica muy guapa, bajita, castaña de pelo, ojazos verdes y estupendos pechos. Su hermana Marta, una chica alta, de enormes pechos (una 120), guapa y algo metida en carnes. Y Patricia, la novia de Fernando, una chica alta, delgada, de poco pecho, pero buen culo. De chicos fuimos: Antonio, un chico delgado, moreno y simpático que era el dueño de la casa. Fernando, el novio de Patricia, un tío alto, ojos verdes y rubio, su aspecto es más parecido al de un chico del este de Europa. José, moreno, alto, ojos castaños y yo, mi nombre es Carlos, soy una persona, morena de ojos oscuros y complexión atlética. Por lo que éramos dos parejas (Patricia y Fernando y la formada por Candela y yo), Marta y Antonio no tenían pareja y José salía con Isabel, pero Isabel al estar resfriada no salió esa noche.
Llegamos a casa de Antonio, y empezamos a servirnos las copas. El ambiente era fenomenal, buena música, buenas bebidas y buen ambiente, ya que todos nos conocíamos. El alcohol iba en aumento y según iban pasando las horas, cada vez estábamos más borrachos. Al rato nos percatamos que Marta (mi cuñada entonces) y Antonio habían desaparecido, no estaban en el Salón donde estábamos bebiendo. Bajamos la música y escuchamos gemidos, provenían del cuarto de Antonio. Todos nos miramos y fuimos hacia el cuarto pensando el que nos podíamos encontrar, y todos nos miramos sonriendo. Abrimos la puerta y allí los vimos, estaban los dos, Antonio le había quitado la blusa a Marta y estaba lamiendo los enormes pechos que esta tiene. Ella gemía de placer.
– Ja ja ja, vaya dos!! – exclamo Fernando riendo.
– Si que os lo estáis pasando bien, ¿No? – dijo José – Ahora, me quedo yo sin pareja esta noche – continuo diciendo entre risas.
– Acércate anda – dijo Marta.
José no lo dudó y se acerco, ella le bajó lo pantalones, y se introdujo su pene en la boca sin dudarlo. Nadie se acordó entonces en su novia Isabel o no quisimos recordarla. Todos nos quedamos paralizados, pero Fernando empezó a desnudar a su novia diciéndole que tenían que disfrutar como esos tres (Antonio, Marta y José).
Candela, mi novia, se agacho y me bajo los pantalones, sin darnos apenas cuenta se monto una orgía alucinante. Mi novia me la estaba chupando, Fernando le lamía la vagina a Patricia, mientras Antonio penetraba a Marta mientras esta le chupaba el pene a José. Entonces, Antonio se la sacó a Marta y se dirigió a Patricia para que se la chupara, esta accedió y empezó a lamérsela y chupársela entera, Fernando viendo como su novia se la chupaba a Antonio se dirigió a Marta, y se la penetró sin dudarlo. Marta disfrutaba como una loca, siendo penetrada por Fernando y chupándosela a José.
– Buena polla tiene tu novio – le dijo Marta a Patricia, mientras esta seguía chupándosela a Antonio.
José, dejó a Marta y se fue a penetrar a Patricia. En ese momento, mientras José y Antonio satisfacían a Patricia, mi cuñada me miró y me dijo:
– Quieres encularme cuñadito – me dijo Marta con cara de viciosa.
Yo miré a mi novia y ella me miró con cara de complicidad. Fui a mi cuñada, la cual ya tenia introducido uno de sus dedos en el culo y la puse a cuatro patas apartando a Fernando, este se fue hacia Candela y se la empezó a follar haciendo el misionero. Me costó encular a mi cuñada, pero una vez dentro, todo fue disfrute para ambos. Mientras yo le daba por el culo a mi cuñada, Fernando se follaba a mi novia a lo misionero, Antonio y José se intercambiaban posiciones con Patricia, a la cual la estaban perforando. Todos gemíamos y gritábamos de placer, y se escuchó:
– Ahhh, ahhh, correrse en mi boca, vuestra leche ha de estar riquísima – dijo Patricia, mientras José la enculaba y Antonio la penetraba por la vagina acostado debajo.
Ambos se salieron de ella y se corrieron en su boca, Patricia se acariciaba el clítoris, diciendo:
– Riquísima, riquísima, una leche riquísima.
Fernando, seguía follándose a Candela, pero no aguantó más y se corrió en los pechos de esta, mientras yo me corrí en el culo de mi cuñada.
Todos disfrutamos muchísimo, fue una pasada, pensando el volver a repetirlo pronto y así fue. Ya os contaré como volvimos a repetirlo, pero con otros participantes y en otro lugar.
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